viernes, 1 de mayo de 2009

Día del trabajo y ser feliz



Antes me parecía un día festivo más. Al día de hoy, me parece casi un milagro, una alegría. En los actuales tiempos, al parecer, el recurso más escaso es el tiempo y un día de asueto es un verdadero, aunque breve, premio.
Quizás todo esto me pasa porque me costó mucho madurar y, de acuerdo a ello, siempre me negué a trabajar muchas horas al día, a que el tiempo se me fuera en el trabajo. En esta época de mi vida, conozco a muy poca gente que pueda declinar cuando le ofrecen una pega, ya se sabe: las noticias no dejan de alarmarnos (en demasía, pienso yo) respecto de las enfermedades, de los costos de la vida, del desempleo, la delincuencia.
Pareciera que la cultura en la que estamos inmersos no nos dejara ponernos en contacto con nosotros mismos, con nuestras necesidades, con los que queremos. Así que para celebrar el día del trabajo, me quedé toda la mañana en cama, jugando con el twitter y facebook, dormí sin tener que despertar para salir corriendo a la oficina o algo así y me reuniré con amigos queridos, compartiremos una buena comida, música, nos reiremos un rato, bailaremos. Maneras simples, pero con resultados comprobados para sentirse feliz.

1 comentario:

franco dijo...

Las condiciones actuales de vida nos impone ser aún más observadores, con tal de que no nos transformemos en entes maquinales, sombras de un engranaje cada vez más voraz e indiferente a las reales dimensiones humanas......te mando un abrazo re-grande, quiero que conversemos despojados, solos...hay tantas cosas, Pame...te quiero mucho, bendiciones.